IV
En
el mundo cae una tempestad
que
transita por agujeros negros,
se
repliegan a la piel
hasta
volverla impermeable.
La
caída es una galaxia más,
caemos
y
somos tempestad,
luz
rayo
trueno,
cometas
orgasmos,
nacemos
de
una
presencia imparable
gota de rocío
en
el velo universal.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.
15 comentarios:
Una presencia imparable...
¿El hacerdor de estrellas quizás?
Un final estupendo para los cantos mutantes.
¿Nos llevarán ahora al principio?
Lo bueno es que muchas veces podemos levantarnos tras la caída, aunque sea muy costoso.
Un abrazo.
Somos polvo de estrellas, se dice en una famosa película... Un abrazo.
Como las sierpes a veces conviene mudar la piel e impermeabilizarla, por lo demás, tantas veces nos creemos que somos todo y solo somos puntos pequeños y débiles en el universo..
Abrazos, Beatríz
Fina
El universo es un renacer constante, hasta que su Arquitecto decida sacar el motor del proyecto. Todos los días resucitamos dede el sueño lo que nos permite observar el cielo de nuevo, una y otra vez y mirar sus maravillas, llenas de misterios, lo cual las hace profundas. Tengo fe en que todo tiene un sentido hacia una existencia mas elevada.
Un abrazo, te felicito por lo que abarcas. Es lo inmenso...
Una presencia imparable le da al lector la libertad de ponerle el rostro y el nombre de su credo. Me encanta.
Un beso.
UNA ATMÓSFERA DE ESPERANZAS.
BESOS
Seremos estrellas que caímos del cielo por algún designio del universo?
Saludos
Me siento esa presencia imparable que nunca dejará de existir aunque cambie de ente y de forma.
Me siento esa presencia imparable que nunca dejará de existir aunque cambie de ente y de forma.
Trascendental poema, Beatriz. Ahí reside su grandeza y universalidad. Te felicito. Abrazos.
Hermoso y poematico poema del amor
Un final casi apocalíptico. Creo que somos partículas subatómicas de un espacio insondable. Eso sí, caemos.
Besos.
Beatriz me gusta la lujuria de tus letras Saludos inmensos y gracias por comentar
Publicar un comentario