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domingo, 24 de junio de 2012

Del Ciego que midió el tiempo en pasos XI (final)


XI


Te lleno los ojos


                         de invisibles cuerpos…


                ondulando con


             un dedo


tembloroso


                     tu voz,


invento una piel a su luz


en las tinieblas,


                    y es mía,


 tu lengua que alumbra en mí


visionarias palabras:


                                            Es un deleite de amar,


desde el ojo-corazón agónico                                            
                                                         del ciego.





Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.


Nota. Con este número da fin la travesía de nuestro invidente protagonista por su andar de percepciones y tropiezos. Espero que los que lo acompañaron desde el principio hayan disfrutado algo. Los que le salieron al encuentro, pueden sentirse cómodos arrastrando el ratón hasta la segunda entrada, donde el poema da comienzo. Por el momento no sé qué hacer con el blog, así que dejaré abierto por un tiempo, quizá dar tiempo a más lectores. Después, cabe la posibilidad de que baje el poema completo y comience a subir algún otro poema seriado...quizá.




martes, 19 de junio de 2012

Del Ciego que midió el tiempo en pasos



X

Continua marcha
hacia el aroma de anís,
la hora prometida.

Un solo signo
guía la imagen, desnuda.
Línea que principia
como eco anticipado,
al grito atraída por murmullos,
el amoroso caos
de la creación.


Beatriz Osornio Morales



Nota: El final se acerca, este es el penultimo numero de este poema seriado.

lunes, 11 de junio de 2012

El RECLAMO

Ella dice que se irá a cualquier lugar donde no ha estado; se irá a Paris, Buenos Aires, Alabama...En fin, no tiene nadie a quien darle cuentas, dice. Y lo dice al encender un cigarrillo, ni más. Debe ser mentol, el aire huele. El humo empieza a inundar la estancia, pero yo intervengo antes de que se llene la casa. El humo es muy dañino en los embarazos.

-Ah, lo siento, dice. Y sale con el cigarro todavía encendido.

Yo continúo tejiendo el suetercito verde. Metiendo con propósito el hilo, sin deficultad. Sacando con el gancho la nueva cuenta, y verificando el número de puntos en la cadenita, mientras pienso en los pocos lugares en los que he estado.

El segundo embarazo realmente nos está costando más que el primero. En el primero, todavía posteaba textos con más atrevimiento, mis ficciones tenían originalidad, siempre pasaba algo. Ahora, nunca pasa nada en mis cuentos. Para colmo, Gonzalo se quedó sin trabajo. No aguanto los mareos. Mi hijo el mayor tiene casi cuatro años y absorve toda la atención que puedo dar.

Observo en la cuenta que se me escapó un punto en la vuelta anterior del tejido. Deshago las cadenas. El hilo que se desteje queda chino y algo destorcido cuando la hebra es doble.

En seguida, Rosalba regresa.

-¿Ya?
-Sí, ya. No he podido dejar esta madre. El año pasado no fume durante dos meses, y no sé ni cómo volví al vicio...y a mí que tanto me gusta, me dice eso. Y dice que está feliz de viajar. ¿Quién no? Antes nos ibamos juntas a todas partes. "Luego te casaste y las cosas cambiaron" Lo dice ne tono de reclamo.

Yo miro desde la silla por la ventana hacia afuera, donde se consume todavía el filtro del cigarrillo en el piso, echa un hilillo de humo casi imperceptible, para quedar sin más, convertido en basura...


Beatriz Osornio Morales.

lunes, 4 de junio de 2012

Del Ciego que midió el tiempo en pasos IX



















Este número en particular, dedicado a todos aquellos que gozan del placer de la música

IX

Ruidos ajenos, pero cercanos
al bosque de mi habitación,

llenan de música la penumbra, mas

la música viene de otra cámara,

de una mujer

que descansa el violín entre sus piernas,

(es una media luna) acorde pausado

por sus dedos
se fuga al contratiempo,  gemido

…ramificación de luz

en la ceguera.


Beatriz Osornio Morales. Imagen tomada de la red.