Joan Miró
NUDO CIEGO
Considere la hechura de
estos nudos que deshago en la hoja, si le place, considere que los he atado en
la mente de un palillo, éste rueda como carrete de hilo. A cada vuelta de hilo,
cada jirón de la hebra, el palillo chino se anuda.
Hay nudos que se aprietan.
Cuanto más se está en apuros por des atarlos, cuanto más aceleramos las manos en
el carrete para empezar a revertir el nudo, los nudos de puerco se hacen los
ciegos, y resulta que las puntas ya no dan más de sí, y en lugar de aflojarse
las vueltas, los diámetros van disminuyendo en una dureza de cangrejo, que o se
corta la hebra con tijeras, o se jala con mayor fuerza, bajo el riesgo de
que el nudo ciego nos entierre la hoja del hilo, y los dedos brinquen al suelo, dislocados, acuchillados, invisibles.
Beatriz Osornio Morales. imagen de Joan Miró.