EL HUECO DE UN DIA
"La eternidad por fin comienza un lunes/ y el día siguiente apenas tiene nombre/ y el otro es el oscuro, el abolido" fragmento -Eliseo Diego-
Nombrar este día parece pueril, y a la vez su-real, sobre
todo si está cargado de salidas imprevistas y giros repentinos. Así es como recuerdo lo que realmente soy,
aunque a ratos, la única realidad es el deseo de que ya se acabe el día. Es lunes.
Los días como hoy, en los
que no se logra tomar control de lo que se hace, conciencia en mano, siente uno que algo siniestro puede ocurrir.
Un torrente de tiempo oculto infringe en
nuestros movimientos haciéndolos torpes;
y a la hora de servir el café, en
lugar de poner el azúcar en la taza se
vacía la cucharada en la cafetera,
o
mientras se cortan las verduras para la ensalada, ponemos las peladuras en la
ensaladera, en lugar de desecharlas.
Caer a la cuenta de los errores empuja a un estado de alerta. Se está
alerta por todo y por nada.
Pero
cualquier estrella fugaz en el pensamiento,
distrae el recipiente en la mano, éste resbala al piso queda hecho
trizas.
Así se han roto lozas completas, marcado raspaduras en la cocina,
olvidado regresar los lácteos a la
heladera, quemado cervezas, en larvado
carnes, y quizá también por distracción se han servido pociones malignas a
personas equivocadas.
¿Qué haría si hoy fuera mi último día?
no dejar que mañana fuese demasiado tarde,
cabe el quizá sin embargo.
Tengo una sed tremenda y mi
vaso está vacío. Lo llene de lluvia hace
un mes pero se ha evaporado. Tarde o temprano la lluvia vuelve a ser lluvia y
la sed, sed.
En el hueco de un día pueden
caber muchas cosas, en sus veinticuatro horas, las horas en la oficina,
noticias inesperadas (no logro salir del shock que me dejo la noticia de que un
muchacho estudiante de neurociencias, James Holmes se llama, asesinó a más de diez personas en un cine
durante una película de Batman, sin contar que los heridos rebasaron el medio
centenar) noticias que nunca llegaron (la impresión de “insomnio” está
terminada) sonrisas, lágrimas, buenos días, hasta luego, nos vemos, llegar, no
llegar, irse, regresar, irse a escondidas, intentar comunicarnos con seres
queridos, mandar correos, reenvíos de PowerPoint,
mandarlos a cuantas más personas podamos de nuestra lista de contactos; sucede
fumar hasta el hartazgo, el sin sabor de los resultados políticos, fax recibidos, lista de pendientes, cambiar el
calendario en un día también cabe, recibir telefonemas, y todo en el hueco de
un día que tarde o temprano anochece.
Si el día fuese un estómago,
vomitaría.
Beatriz Osornio Morales.