Amigos

lunes, 30 de abril de 2012

Del Ciego que midio el tiempo en pasos VI


VI
Huérfano silencio quedo,
hoy sufro tu partida
hijo único,
-Debe ser medio día, señor-
-¿Tendrá un trozo de palabra,
gota de palabra?
 tropiezo con la sombra del sol
llena de voces,
pero tus palabras no están
 luciérnagas
que solo yo podré cantar a solas
cuando la luz se apague.


Beatriz Osornio Morales

domingo, 22 de abril de 2012

DEL CIEGO QUE MIDIO EL TIEMPO EN PASOS






















V

¿Qué recuerda el paso de los dedos

por tus poros? ¿cristales rotos son

 recuerdos, o

bola de fuego caído del cielo,

atravesados  muros?

O acaso sea  sólo el recuerdo de los dedos…

pero soy yo, y es un

repentino vapor de labios acercándose

en   invierno.

Hormigueo que visita la ciudad

a tientas.

Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.

domingo, 15 de abril de 2012

DEL CIEGO QUE MIDIO EL TIEMPO EN PASOS



IV

En el aeropuerto sigue

yéndose tu voz por los pasillos,

incontables pasos, horas de camino

anda su perfume sin abrir los ojos.

Justo (en el) arranque de motores;

se diluye tu risa en la que  adivino

un vestido rojo… tu voz,

voy impregnado de ella

de sus fragancias sonoras,

(anuncian los altavoces)

“pasajeros con destino a la luz”

El lugar se ilumina de tu rostro invisible.

Beatriz Osornio Morales

martes, 10 de abril de 2012

Respecto al preciosismo poético




Antes me agitaba un poco el ánimo que dijeran que mis letras se han vuelto preciosistas. ¿Cómo va a ser? siempre me he preocupado de que lo que escribo llegue y sea entendible a personas de distinto nivel intelectual,  sobre todo sigo escribiendo para los míos. Si ellos no entienden, lo que escribo pierde sentido para mí. En eso me venía basando desde el principio. La cosa es que con el tiempo, nuestros procesos pueden ir cambiando a la par de  experiencias que nos van involucrando en nuevos descubrimientos.

Entre pensamientos y argumentaciones me fui convenciendo de que la misión de un escritor, sobre todo la de un poeta, es expresar lo que somos y sentimos, lo que son los demás, lo que es una palabra, un armadillo, la nube, una gota, el rayo, una mujer, padre, niña, madre, hijo, amapola, ortiga, flor. Y con expresar no me refiero a definir en conceptos, para eso están los lingüistas y filólogos; con expresar me refiero más bien a manifestar con y desde la esencia del ser. Es posible que ello implique un proceso de percepción particular, largo o corto, directo o elaborado. El refinamiento es parte de la historia evolutiva de la humanidad.

Pero la catalogación de “Poesía preciosista” me parecía demasiado insensible, por tanto inquietante.

Ayer leí en una conocida red social, el comentario de una amiga a la que tengo muy cerca de mis afectos, en su comentario utilizaba la palabra “constipación” lo que inmediatamente me causó una sensación de fealdad. En el contexto está bien utilizada (para referirse al bloqueo emocional y expresivo que suelen atravesar los escritores más de una vez en su vida)  mas mi percepción estética se vio contrariada, lo que más tarde me llevó a pensar que quizá algo hay de cierto en lo del preciosismo poético, si es que ocuparse de buscar sonidos agradables acordes al contexto, estilizar un poco el lenguaje de la brutalidad emocional con  que a veces nos envisten las experiencias, trabajar  su contenido, es preciosismo,  soy   preciosista, aunque más que preciosista creo que soy artesano.

La honestidad no está en juicio cuando se conserva lo esencial del mensaje, cuando se logra vencer nuestra limitación en el conocimiento lingüístico y logramos  expresar con veracidad y de un modo satisfactorio lo que hemos querido decir.

Y si mi amiga lee esto y de algún modo le afecta, debo decir que no hay motivo ni razón. Hay que entender que todos tenemos preferencias en cuanto al uso de la lengua, determinadas palabras que utilizamos constantemente, y otras que evitamos a toda costa: “constipación” es una de esas que me disgusta desde su constitución fonética. La bisílaba intermedia “tipa” es un salto brutal que yo evito. Cuestión de gustos quizá.

Beatriz Osornio Morales, Abril 2012,


martes, 3 de abril de 2012

DEL CIEGO QUE MIDIO EL TIEMPO EN PASOS III





Un cementerio

vivir tras de estos ojos,

cubiertos de visiones;

bajo un aire de opera mortuoria

que sopla en las avenidas de la ciudad;

trenes en marcha, aeroplanos grises

en cielos nublados, son memoria

 con frías  terrazas,  imágenes

de mujer bajo la lluvia.


Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.