Amigos

jueves, 21 de marzo de 2013

FRAGMENTOS DE MI



Primera parte 

Me pierdo en el sonido de las hojas
del silencio que habita la ciudad desierta.
Para encontrarme colecciono voces,
mil voces en las fuentes de agua, como lunas
eclipsadas por camiones recolectores de basura
en la mañana.

Algunas voces me llaman a distancia,
y soy ese gentil llamado que sobrevive la sarna
de los perros de política.

La muerte es más que un cantar
de pájaro triste y solitario.
Su canto me hace llorar.

Hay veces que la luz llega por el sonido del viento,
otras, por una grieta en la ventana que mantengo cerrada,
y hay otras veces que la luz eres tú,
a quien recojo y voy coleccionando en mi destierro.
Ese trozo de ser que creímos zozobrar,
caricia que el amor no  niega,
se hace hoy mi voz, carne de mi carne
relámpago y lluvia en la tierra de tu cuerpo.


Beatriz Osornio Morales.

Es cierto, corre la voz de que Hoy es El Día Mundial de la Poesía, no sé cuando ni donde se instauró esta fecha para celebrar, pero seguro que no hay mejor forma de hacerlo que escribiendo poesía ¿No es cierto poetas?






martes, 12 de marzo de 2013

UNA SIMPLE PALABRA



UNA SIMPLE PALABRA


Quiero una palabra
una sola palabra buena
que me contenga
que no se derrumbe
y deje mella en el corazón

Una palabra que sea roca
y gota
que selle  la casa
y lama
con suavidad
la espina  en el cierzo

Quiero una palabra distinta
que no se llame palabra
ni diga todas las cosas
que vea  sin ser vista
que se defina en mis labios

Una palabra que se quede
venga de donde venga
de los tallos tiernos al sol
del cementerio acariciado
por un nuevo despertar
palabra vapor de palabra
vocablo aura
de incontables definiciones
o cuerpos amantes

Ya no importa su procedencia
ya la quiero intacta
violada por incansables
repeticiones
delicado cuerpo de princesa
espada

Y la quiero anclada en mi pecho
de filo fino
indefensa
libre pero buena
fuerte
suave
una sola palabra


Beatriz Osornio Morales 

lunes, 4 de marzo de 2013

Esgrima




Esgrima con el tiempo

Tome el volumen  de Las Flores del Mal, de Baudelaire. Quería sentir a pesar de esta insensatez que a veces se apodera de uno, cuando nos dejamos arrastrar por el retorcer continuo de la rutina, a la larga, su tortura es como una hoja metálica atravesada en los sesos. Así que decidí retar al tiempo a una pelea.

Esa ocasión, la batalla con el tiempo se había prolongado y cada vez me costaba más mantener la guardia, tenía la mano cansada, la respiración agitada, la sensibilidad pisoteada,  con trabajos sostenía el peso de la espada.
Cuanto más necesitas un impulso para defenderte, más te aferras a guardar terreno, naturalmente, y es más fácil estar a la defensiva que a la ofensiva, ese es el riesgo porque pronto se te acaba el terreno.
En eso estaba,  pensaba atacar, cuando de un momento a otro, perdí terreno. Estaba junto a la ventana, atrincherada contra la pared. Levanté la espada para detener la envestida de la hoja afilada, al primer golpe, mi espada salió volando por la ventana, quedando yo sin defensa, a misericordia de mi oponente, el cual hizo la señal de clavar su espada entre mis dos ojos.
Una hoja metálica atravesada en la cabeza, es muy incómoda como para poder contarse en otro paisaje que no sea este barbárico paisaje de La Edad Media.  Por más excesivo que parezca, así es mi batalla con el tiempo.
Pero de vez en cuando logro salirme del campo de batalla, recuperar mis armas y continuar.
Y ya fuera de ese paisaje barbárico, tomo el volumen de Las Flores del Mal de Baudelaire,  y me siento a leer en el confort  frente a la chimenea encendida, no hay mejor forma de vencer al reloj.



Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.